Tus niños pueden encontrar muchos beneficios si crecen al lado de una mascota. En caso de que elijas tener un gato o un perro, puede ayudarte que sean cachorritos. Aunque, si el animal es adulto, puede adoptar un sentimiento de protección con el menor.
¿Qué ventajas proporciona una mascota en el desarrollo del niño?
Obviamente, antes de seleccionar la mascota más apropiada, debes tener en cuenta algunos aspectos, comenzando por los verdaderos beneficios que puede aportar a los más pequeños. No es lo mismo que tengan un pájaro o una tortuga que estar cerca de un perro o un gato, ya que estos últimos suelen interaccionar más con los menores.
Desde la afectividad hasta el juego y, por ende, al aprendizaje, el niño puede ver en el animal de compañía un aliado, además de facilitarle aspectos de su desarrollo.
Puede ser un bien para su salud
Cuando tus hijos, desde pequeños, están en contacto con animales, su sistema inmunológico puede verse favorecido, pues evita que padezca alergias al pelo de la mascota. Este refuerzo de su inmunidad les facilita una mejor salud en años futuros.
Del mismo modo, supone una prevención ante el asma, al crear su organismo defensas ante agentes externos.
Reducen su estrés
Muchos niños suelen ser hiperactivos o manejan mucho estrés. Una mascota, como, en este caso, un perro o un gato, les permite sentirse más relajados, sobre todo, cuando les enseñas a acariciarla.
También, por medio del juego, los menores liberan bastante nerviosismo. Solo debes tener en cuenta la raza del perro de compañía, que resulte una mascota tolerante con los más pequeños y que también sea juguetona.
Existen perros debidamente adiestrados, indicados para niños con características especiales. Siempre puedes ponerte en contacto con organizaciones que se dedican a criar estos animales y forman parte, por ejemplo, de las terapias para autistas y pacientes con síndrome de Down. En estos casos, se suele recurrir a perros de mayor tamaño, que permiten reducir la agresividad que, en ocasiones, genera el estrés.
Mejora las relaciones sociales
Está comprobado que un niño que se cría con mascotas desarrolla mejores relaciones sociales con otros menores. A su vez, esto le permite comprender mejor sus sentimientos y ser más empático y comprensivo con terceras personas.
Al mismo tiempo, al controlar la gestión de sus sentimientos, fortalece su autoestima de cara a los demás, lo que le permite buscar una permanente mejora en sus metas presentes y futuras.
Muchos valores afectivos los percibirá a través de sus mascotas. La fidelidad es uno de los más evidentes, en el momento en el que siente que el gato o el perro elige no separarse de él. Así, el menor llega a verse prioritario para los animales, lo que fortalece la visión de sí mismo frente a lo que le rodea.
La seguridad que adquiere el niño, además de haber trabajado su aspecto emocional, hará de él una persona tolerante y preocupada por el prójimo.
Una mayor responsabilidad
Con el tiempo y a medida que crecen tus hijos, puedes ir encomendándoles diversas tareas con respecto al cuidado de la mascota. Esto les ayudará a adquirir mayor disciplina, que les servirá para llevar unos hábitos más saludables y adecuados en el futuro.
Puedes pedirles que te ayuden a bañar al perro o dar de comer al gato, respetando una hora fija diaria. Mantener un calendario de tareas, al mismo tiempo que se divierten con los animales, les sirve para ir acostumbrándose a hábitos que podrán reflejar en los estudios futuros e incluso en su higiene personal.
Una mascota aporta muchas ventajas a los menores cuando crecen junto a ella. Les ayuda en la mitigación del estrés, la comprensión de sus propias emociones y el desarrollo de hábitos saludables.