La primavera es la época del año en la que termina el frío, pero no debes bajar la guardia con la salud de tus animales. Los perros son muy sensibles a los cambios de tiempo y, además, en esta estación aparecen nuevos peligros que habían quedado atrás con el periodo invernal. Te lo contamos con más detalle a continuación.
Aumento del peso de tu mascota
El invierno no invita a dar paseos largos y puede que hayas visto a tu mascota más aletargada de lo habitual. Esto termina repercutiendo en su salud y es posible que tu fiel amigo haya cogido algunos kilos durante los últimos meses. Es fundamental que retome cuanto antes su actividad para que no suponga un problema que se alargue en el tiempo.
Sin embargo, no todo vale. Para evitar esfuerzos que resulten demasiado intensos, es crucial que le proporciones un periodo de adaptación. Durante ese tiempo, tu perro irá aumentando progresivamente su actividad, y debes asegurarte de que coma y beba lo suficiente.
El tono muscular terminará volviendo y sus articulaciones seguirán tan elásticas como siempre, solamente es cuestión de tiempo. Durante los paseos deberás estar pendiente para que no coma nada peligroso, puesto que, durante la primavera, florecen algunas especies venenosas como las azaleas.
Las temidas alergias
¿Pensabas que solo era cosa de humanos? Los perros también pueden sufrir alergias estacionales. El polen alcanza su nivel más alto en los meses de primavera. Si tu mascota sufre alguna alergia, notarás un aumento de los ataques de tos y de estornudos, un rascado más abundante, o sus ojos ligeramente llorosos e inflamados.
Si reconoces cualquiera de estos síntomas, deberás prestarle atención para evitar que empeore. Una opción puede ser acudir a zonas con menos vegetación o con plantas que no se encuentren en floración.
Parásitos e insectos. Mayor riesgo en esta época
Durante los primeros compases de la primavera, verás aparecer a las temidas orugas procesionarias. Son capaces de producir una gran inflamación en tu mascota. Sus pelos provocan una gran urticaria y, si el animal intenta comerse alguna, es posible que termine necesitando acudir al veterinario.
Provocan dificultad para respirar y son verdaderamente peligrosas, si no te das cuenta a tiempo. Por suerte, tras un mes desde su aparición, se marcharán hasta el próximo año. Puedes evitar el riesgo alejando al perro de pinos y otras coníferas.
Otro peligro que comienza su apogeo en la primavera está relacionado con los parásitos. Garrapatas y pulgas se multiplican sin cesar en esta época, gracias, sobre todo, al aumento de las temperaturas. Son capaces de transmitir enfermedades y, para evitar que parasiten a tu perro, es importante que cuente con un collar o un método antiparásitos alternativo.
Época de celo
Las perras suelen tener un par de celos a lo largo del año. Por lo general, el primero suele coincidir con el inicio de la primavera. La notarás más nerviosa de lo habitual, y es posible que tienda a obedecerte menos cuando se encuentre en el parque. También podrás apreciar cómo se relaciona con los perros de un modo más amistoso.
En el caso de los machos, al notar el celo de las hembras, tenderán a marcharse en su busca. Es crucial que evites los peligros que esto puede suponer, puesto que tu perro podría sufrir un accidente.
Como has podido comprobar, la primavera trae multitud de cambios para tu perro. Es importante que vigiles su comportamiento y que le proporciones todo lo necesario para que se mantenga en las mejores condiciones. Con algunos sencillos cuidados, tu amigo será muy feliz disfrutando del sol y de los espacios al aire libre durante esta estación.