Las pulgas son el parásito externo más frecuente entre los animales de compañía. ¿Quién no ha escuchado alguna vez que el perro del vecino tiene pulgas? ¿Quién no ha tenido que acudir alguna vez al veterinario porque su mascota tenía pulgas? La pulga del gato es la que se encuentra con más frecuencia tanto en perros como en gatos, y aunque en un principio no nos tomemos esto como algo grave, es cierto que puede llegar a ser muy peligroso para estos animales.
Las pulgas son el parásito externo más frecuente entre los animales de compañía. ¿Quién no ha escuchado alguna vez que el perro del vecino tiene pulgas? ¿Quién no ha tenido que acudir alguna vez al veterinario porque su mascota tenía pulgas? La pulga del gato es la que se encuentra con más frecuencia tanto en perros como en gatos, y aunque en un principio no nos tomemos esto como algo grave, es cierto que puede llegar a ser muy peligroso para estos animales.
El ciclo de la pulga suele durar como máximo un mes, aunque es probable que duran algo más si están en condiciones óptimas. Lo que ocurre con las pulgas es muy sencillo: las más adultas saltan sobre el perro, gato o, incluso, una persona y se enganchan para chuparle la sangre. Así se alimentan. Aproximadamente dos días después, empiezan a poner huevos que caen rápidamente del animal y se quedan en el entorno.
Estos huevos eclosionan y salen larvas de pulgas. Estas se esconden en alfombras y demás elementos, porque son muy pequeñas y difíciles de ver y atrapar, y cuando crecen y se hacen pulgas adultas, empiezan a buscar un nuevo hospedador para picar y chupar la sangre.
Este es el ciclo de la pulga, un ciclo muy sencillo, pero que puede hacer mucho daño al animal de compañía.
¿Cuáles son los síntomas de las pulgas?
Los síntomas de las pulgas sueles ser muy variados, dependiendo de la reacción del propio animal. Hay casos en los que no suelen aparecer ni signos clínicos.
No obstante, siempre es conveniente revisar y acudir al veterinario porque las pulgas también son transportadoras de grandes infecciones.
Los síntomas más habituales son el picor y la irritación, que pueden llegar a provocar eritema, inflamación y pérdida de peso del animal. Lo normal es que las pulgas solo den picos en la piel, pero si el perro o el gato está mucho tiempo con estos síntomas puede llegar a sufrir una anemia grave. Por ello, es muy importante acudir a tu veterinario.
También puede pasar que los animales desarrollen una reacción alérgica a la saliva de la pulga y sientan un picor persistente que puede provocar mucha irritación y malestar. Este rascado provocará que se laman todo el rato y, por consiguiente, que pierdan pelo. Al final, estas autoagresiones pueden originar pérdida de pelo, inflamación de la piel y una posible infección.
Son muchos los síntomas graves que pueden aparecer por culpa de la irritación persistente. Tienes que tener cuidado con las pulgas, porque no siempre son un problema leve.
El mejor tratamiento para combatir las pulgas
Es fundamental conocer y saber cómo eliminar las pulgas del cuerpo de tu animal; por ello, es muy importante que acudas a tu veterinario.
En los últimos años ha habido un avance en este campo, pero todavía hay que tener cuidado y no actuar como unos entendidos. Existen diversos productos de tratamiento de administración mensual, tanto por vía oral o por el dorso del animal.
Como el mayor tiempo del ciclo de una pulga transcurre fuera de su hospedador, tienes que poner la mirada en el entorno, e intentar protegerlo. Esto implica pasar el aspirador a fondo, lavar la ropa de cama y aplicar un spray que elimine las pulgas.