¿Cuántas veces has oído la expresión «llevarse como el perro y el gato»? Los animales nunca dejarán de sorprendernos, y ahora lo vamos a hacer nosotros también. ¿Sabías que, en realidad, no se odian? En este artículo vamos a demostrarte que la convivencia entre tus mascotas es posible a través de varios consejos que te permitirán alcanzarla en tu hogar.
La llegada de una nueva mascota a casa: presentación
Esta situación es bastante común: tenemos un perro en casa desde hace algunos años. Un día, inesperadamente, aparece un pequeño gatito cerca de nuestra casa y, tras comprobar que no tiene dueño (ni chip), decidimos adoptarlo. Pero, claro, ya tenemos otra mascota en casa y tenemos miedo de que le haga daño.
Ante esta situación, los veterinarios recomiendan ser prudentes. Es cierto que los perros tienden a cuidar de los más pequeños, sea cual sea la especie. Pero también es verdad que ninguno es igual, por lo que no podemos adelantarnos al comportamiento que vaya a tener el tuyo. La clave, por tanto, es avanzar poco a poco.
Lo primero que debes hacer es designar una habitación para la nueva mascota. De este modo, comenzará a ganar seguridad dentro de tu vivienda al tener una zona de confort. Al principio, se esconderá debajo de la cama o de un armario. Sin embargo, en pocos días empezará a campar a sus anchas por la estancia.
Cuando haya pasado una semana, es hora de comenzar a mezclar olores (esta es la forma que los animales tienen de conocerse). Para hacerlo, pon un juguete de tu perro en la habitación del nuevo gato y saca uno de este. Así, se familiarizarán con una nueva presencia a través de un objeto que, naturalmente, les resulta agradable.
Pasados unos días, podemos pasar a la tercera fase: el intercambio de espacios. Debes dejar a tu gato en el resto de la casa y llevar a tu perro a la habitación del gato. Ahora, estarán inmersos en un ambiente en el que, hasta hace poco, dominaba la otra mascota. Esto les hará ganar seguridad y conocer mejor al otro.
La última fase es la más importante: es hora de juntarlos definitivamente. Sujeta a cada uno con una correa para que puedas llevártelos en caso de conflicto. Si todo ha salido bien, comenzarán a olerse (con algún susto, pero es normal). Eso sí, te aconsejamos que no los dejes totalmente solos hasta que pasen varias semanas.
Consejos para la convivencia entre perros y gatos
Cuando hayas terminado la presentación en sí, es importante que tomes otras medidas para evitar enfrentamientos. Incluso si se llevan bien, puede darse algún percance entre ambos, recuerda que son especies diferentes y pueden no comprenderte entre sí. Estos consejos te ayudarán a que todo sea más fácil:
- Haz que cada uno tenga un espacio propio al que el otro no deba acceder.
- Evita provocarle celos, ya que esto puede provocar brechas en su relación.
- Trata de asignar un espacio para cada uno en el sofá y, si les dejas subir, en la cama.
- Compra cuencos de comida y agua para que no tengan que compartirlo.
Para llevar a cabo estas recomendaciones, es importante que seas flexible. Es decir, se trata de que cada mascota tenga un espacio de seguridad y comodidad, no de mantenerlas separadas. Es fundamental que jueguen entre sí para que creen vínculos. Los animales son más amorosos entre sí de lo que crees. ¿Nunca has visto una foto de un gato durmiendo encima de un perro?
Como has podido comprobar en este artículo, la convivencia entre perros y gatos es posible. La clave es que tengas paciencia y no precipites la situación. Ante todo, recuerda: son especies diferentes que no siempre tendrán una buena primera impresión, pero que estarán deseando conocerse.