Los cambios de estación suponen un punto de inflexión en el ciclo biológico tanto de las personas como de nuestros animales. Por todos son conocidos síntomas típicos como el cansancio, la alteración del sueño o la alergia al polen. Sin embargo, existen otras reacciones en las mascotas que muchos desconocen. Si quieres saber cómo afecta la primavera a tu compañero felino, continúa leyendo este artículo. ¡Empezamos!
¿Qué debes tener en cuenta durante la primavera?
Independientemente de la zona en la que vivas, sea campo o sea ciudad, la transición de invierno a primavera puede causar algunos efectos en tu gato. A continuación, te contamos los más importantes para que no se te escape nada:
Muda del pelaje
Si empiezas a notar que las pelusas lo invaden absolutamente todo, no te alarmes. En la época primaveral se produce la muda del pelaje, por lo que la notable pérdida de pelo entra dentro de la normalidad. Eso sí, será necesario cepillar a tu gato adecuadamente para eliminar el pelo muerto y favorecer el nacimiento del nuevo.
Hábito alimenticio
Es posible que encuentres a tu mascota algo más apática de lo habitual, menos activa e incluso con menos apetito. Esto se debe a que el aumento de las temperaturas ralentiza su metabolismo, cambia su rutina de sueño y pasa a estar más horas despierta. Por tanto, como puedes intuir, el gasto energético y la sensación de cansancio será mucho mayor.
Alergias
Además de compartir con nosotros la famosa astenia primaveral, los gatos son propensos a padecer algún tipo de alergia en esta época del año. Aunque nos pueda sorprender, el cambio climático y la contaminación han propiciado la aparición de problemas alergológicos en nuestras mascotas. Por este motivo, no será raro observar algún sarpullido, inflamación o irritación en la piel que les produzca picores. No obstante, existen distintas alternativas farmacológicas o tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas. Ahora bien, en casos como este es primordial acudir a un especialista.
Pulgas y garrapatas
No debemos olvidar que la primavera, la estación que más alergias produce en la población humana, lamentablemente también viene acompañada de los enemigos más famosos de tu gato: las pulgas y las garrapatas. Estos parásitos pueden provocar dermatitis, anemias y contagiar otros microbios indeseables. Por ello, es preciso que prestes especial atención a esta posibilidad y compruebes con frecuencia que todo marcha como es debido. Por otro lado, como es evidente, esta clase de contratiempos son más comunes en los animales que pasan parte del día fuera de casa.
Época de celo
La mayor cantidad de horas de luz también favorece el celo de los animales. Eso sí, el caso de nuestros amigos felinos difiere un poco del resto de mascotas. En este sentido, el celo de las gatas puede repetirse en intervalos de dos o tres semanas sin sangrado. Asimismo, a pesar de que esté esterilizada, seguirá llamando la atención de los machos que se encuentren cerca.
Leishmaniosis
Igual que ocurre con las pulgas y las garrapatas, en la época primaveral también proliferan los mosquitos que portan la leishmaniosis, una enfermedad que puede perjudicar a nuestra mascota si se encuentra con pocas defensas. Por lo tanto, y siempre con precaución, es aconsejable utilizar collares repelentes o, si tu gato no sale de casa, emplear mosquiteras en las ventanas o enchufes antimosquitos que eviten un contacto directo.