Si tienes un gato agresivo, es necesario que lo lleves al veterinario, con el fin de determinar la causa de su comportamiento y, así, poder ofrecerle la mejor solución. Existen muchos motivos que explican su forma violenta de responder a ciertos estímulos. Vamos a repasar todo lo que puede afectar a tu gato.
¿Por qué mi gato es agresivo?
Existen muchas causas que explican el comportamiento de tu gato frente a otros de su especie e, incluso, hacia los humanos. Si has notado un cambio en la forma de ser de tu amigo felino, deberás consultar con el veterinario para que lo examine y diagnostique algunos de los siguientes supuestos:
- Tu gato está en celo y muestra agresividad ante otros machos de su especie. Esto puede ser algo muy común, especialmente si tienes más de un gato.
- Desde joven, tu gato ha mostrado su mal humor contigo, posiblemente porque le ha faltado socializar con otros gatos o con más humanos. En este caso, podemos hablar del estrés.
- Tu gato adulto puede presentar dolores musculares o articulares. También es posible que, debido a su avanzada edad, presente problemas neurodegenerativos o alguna enfermedad sistémica que le afecte el comportamiento.
- ¿No juegas lo suficiente con tu gato? Nuevamente, el estrés puede ser la causa principal de su agresividad.
- Una infección bacteriana o vírica, que le afecte las vías urinarias, así como a su sistema inmune, le puede cambiar el humor.
- El cambio hormonal, ya sea natural, como por su época de celo o por enfermedad, causado por defectos en su tiroides o en su hígado, es un problema muy común en gatos.
- No podemos dejar de lado las afecciones psicológicas, como es el miedo ante cualquier estímulo extraño para él, por ejemplo, un ruido grande, sentirse amenazado por otro animal o haber recibido malos tratos.
- Tu gato, como cualquier otro, tiene un instinto territorial, que le puede hacer agresivo ante otros gatos. En este caso, si tienes varios ejemplares, cuida que cada uno disponga del espacio suficiente para sí mismo.
Según la causa, existe una curación para tu gato
Podemos comenzar por tratar al gato territorial o que acentúa demasiado su celo. Para estos casos, la castración suele tener muy buenos resultados, aminorando su agresividad hasta en un 90 %. Pero, si aún es demasiado joven y quieres disfrutar de nuevos gatitos en la familia, puedes recurrir al tratamiento con feromonas, cuyo control debe ser llevado estrechamente por el veterinario.
El estrés, que puede deberse a muchos motivos, se puede abordar de diferentes formas. Tal vez, crearle un espacio en la casa para él con sus juguetes puede servirle. No dudes en presentarle a otros gatos, aunque, seguramente, requiera de la asistencia de un adiestrador especializado.
Para frenar sus instintos depredadores, lo mejor es disponer de juguetes especiales, que pueda morder y arañar. El condicionamiento positivo funciona perfectamente en estos casos. Aunque, si ha mostrado esta actitud contigo durante el juego, nunca debes premiarle, ya que puede confundir su actitud y volverla a repetir. Obviamente, el castigo violento es lo menos apropiado, puesto que solo sirve para hacer más agresiva a tu mascota.
Ante problemas orgánicos (enfermedades, síndromes, etc.), el veterinario dispondrá el tratamiento farmacológico más adecuado para tu gato. Posiblemente, requiera de medicamentos para reducir el estrés, sobre todo, si el animal sufre de una enfermedad neurodegenerativa.
Cuando compruebas que tienes un gato agresivo, lo primero que debes hacer es llevarlo al veterinario para que encuentre el origen de su actitud. Con un diagnóstico preciso, tu mascota felina puede recuperarse tras el tratamiento adecuado. Ante los instintos, la castración o las feromonas son las mejores soluciones.