Acercándonos a las fechas de Navidad, nos parece oportuno hablar sobre las posibles enfermedades que los perros pueden sufrir en las perreras, o en los concursos caninos; en definitiva, en aquellos espacios donde se juntan muchos perros y conviven por alguna razón específica. Hablamos hoy de la tos de las perreras, que no es una enfermedad letal, pero sí se puede complicar si no prestamos atención al veterinario.
Acercándonos a las fechas de Navidad, nos parece oportuno hablar sobre las posibles enfermedades que los perros pueden sufrir en las perreras, o en los concursos caninos; en definitiva, en aquellos espacios donde se juntan muchos perros y conviven por alguna razón específica. Hablamos hoy de la tos de las perreras, que no es una enfermedad letal, pero sí se puede complicar si no prestamos atención al veterinario.
También llamada traqueobronquitis infecciosa canina o complejo respiratorio canino, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa, donde el estrecho contacto entre los animales es una de sus características epidemiológicas más comunes, siendo frecuente en situaciones de agrupación de varios perros como, criaderos, residencias, exposiciones caninas, tiendas de animales, etc.
Puede estar causada por uno o varios agentes infecciosos, que pueden ser virus, como el virus de la parainfluenza canina, adenovirus canino, virus del moquillo canino o bacterias, como es el caso de Bordetella bronchiseptica, estreptococos o estafilococos, entre otras. Aunque no suele ser una patología demasiado agresiva y tiene unos índices de mortalidad bajos, entorno al 10%, la sinergia entre varios agentes infecciosos puede potenciar los síntomas y las complicaciones. Entre estos síntomas destacamos la tos áspera y seca, que puede acompañarse de arcadas y ahogo, produciéndose frecuentes ataques de tos seca durante la noche, entre otros signos respiratorios.
Entre las medidas de manejo de la enfermedad más importantes que se deben realizar en estos centros de colectividades de perros, nos encontramos la separación entre perros enfermos o sospechosos de estarlo y perros sanos, además de la desinfección de los locales y la mejora de las condiciones ambientales.
Por otro lado, la medida clave para controlar esta patología respiratoria es la vacunación. No es una vacunación obligatoria, pero es recomendable sobre todo en los casos que a priori pueden presentar mayor riesgo, como son los cachorros procedentes de criaderos o tiendas de animales, perros que suelan asistir habitualmente a concursos o exposiciones caninas, así como a residencias, perros geriátricos, razas con mayor predisposición a enfermedades cardiorrespiratorias o aquellos animales que ya hayan padecido la enfermedad. El veterinario nos aconsejará sobre esto y sobre qué tipo de vacuna y protocolo se adapta mejor a nuestro animal.
Como siempre recordamos, las mascotas sufren del mismo modo que lo hacemos nosotros, los dueños. Por ello, es muy importante estar informado de este tipo de enfermedades y cumplir con las obligaciones recomendadas por el veterinario. En este caso, la vacunación es una opción muy aconsejable.