De todos es sabido que los gatos son especialmente sensibles al estrés.
Un gato que desarrolla estrés puede manifestar signos tanto físicos como comportamentales.
Una de las formas con las que podemos ayudar a nuestros gatos a padecer menos estrés o incluso a evitarlo, es realizando un enriquecimiento ambiental en nuestros hogares.
De todos es sabido que los gatos son especialmente sensibles al estrés.
Un gato que desarrolla estrés puede manifestar signos tanto físicos como comportamentales.
Una de las formas con las que podemos ayudar a nuestros gatos a padecer menos estrés o incluso a evitarlo, es realizando un enriquecimiento ambiental en nuestros hogares.
Este concepto se define como la identificación y la implantación de estímulos ambientales necesarios para optimizar la calidad de vida de los animales domésticos o salvajes en cautividad.
El enriquecimiento ambiental en la especie felina debe ir enfocado a intentar respetar su etograma, es decir, lo que en términos generales sería el inventario de sus pautas de conducta naturales como especie.
Dicho de otra forma, se trata de proporcionar a un gato que vive en un hogar todos los medios disponibles para que ese hogar resulte agradable para el gato y cubra todas sus necesidades etológicas, como son trepar, rascar, cazar, explorar, esconderse etc….
Proporcionar un ambiente adecuado puede contribuir a prevenir, mejorar y/o resolver este estrés y problemas tales como obesidad, ansiedad, comportamientos extraños, alteraciones en la conducta de acicalamiento, marcaje con orina, falta de apetito, agresividad, e incluso el agravamiento de enfermedades sintéticas que pueda padecer, como las cistitis, las dermatitis etc….
El comportamiento del gato doméstico guarda muchas similitudes con el de su ancestro salvaje Felis lybica. Necesita que su territorio sea un lugar conocido, estable y controlado que fortalezca la reducción del estrés. Si el gato se siente amenazado, recurrirá a mecanismos de huida y lucha o tenderá a enmascarar síntomas de debilidad y/o enfermedad. Si somos capaces de crear un entorno adecuado, podremos intensificar su bienestar.
Todos y cada uno de los gatos tienen un umbral de estrés, que puede variar de forma ostensible entre individuos, por eso a veces nos resulta muy difícil identificar cual es la causa primaria que ha desencadenado el estrés en un paciente concreto. Otros gatos por contra, pueden estar sometidos a cambios que a priori deberían de ser desencadenantes de problemas y están tan tranquilos. Por eso es muy importante, ante un cambio de conducta o la aparición de comportamientos extraños en nuestro gato descartar primero signos sistémicos (los gatos con artritis pueden volverse ariscos y gruñones a causa del dolor por ejemplo) y realizar después una buena evaluación ambiental para identificar el problema.
Un hogar felino debería de ser un hogar adaptado a las necesidades felinas, un hogar con un ambiente enriquecido ayudará a evitar o minimizar los problemas de estrés. A día de hoy se pueden encontrar en internet mil y una soluciones que además de enriquecer el ambiente de nuestro gato, son completamente compatibles con la estética de nuestros hogares.
Ayudando a nuestros gatos a ser más felinos, les ayudamos a ser más felices.