El verano es época de alegría, de vacaciones, de fiestas y de buen ambiente. También es época de mucho calor y en la que tenemos que prevenir la salud. Pero no solo tenemos que prevenir nuestra salud, sino que también tenemos que tener en cuenta el bienestar de los animales. Y es que los perros y gatos pueden llegar a morir por golpes de calor.
El verano es época de alegría, de vacaciones, de fiestas y de buen ambiente. También es época de mucho calor y en la que tenemos que prevenir la salud. Pero no solo tenemos que prevenir nuestra salud, sino que también tenemos que tener en cuenta el bienestar de los animales. Y es que los perros y gatos pueden llegar a morir por golpes de calor.
Aunque generalmente los golpes de calor se producen en perros que se quedan encerrados en el coche, también ocurre cuando salimos a pasear con el perro por el monte o en cualquier circunstancia donde la temperatura sea excesiva. Aún y todo, el coche sigue siendo la principal trampa mortal. Los perros tienen más problemas que los humanos para reducir la temperatura corporal, por lo que los famosos “cinco minutos” pueden ser mortales para ellos. En tan solo 10 minutos el perro puede estar muerto por un golpe de calor.
Los mamíferos cuentan con un mecanismo que permite a su cuerpo regular la temperatura corporal, pero este aparato no es lo suficientemente eficiente en casos extremos, como en las temperaturas altas. Y es que los perros no transpiran, eliminan el calor a través de los jadeos, el sudor (mediante las almohadillas que tienen en las patas) y desde las zonas aisladas y de poco pelo, como puede ser el vientre. Esto hace que en situaciones de mucho calor no puedan regular bien su temperatura corporal, provocando que aumente hasta llegar a temperaturas peligrosas para su vida.
Además de la muerte, las consecuencias del golpe de calor pueden llegar a ser muy graves: insuficiencia renal y hepática, hemorragias masivas o edemas cerebrales. ¿Qué hacer para que esto no ocurra?
Lo ideal es evitar encerrar al perro en el coche aunque sean 5 minutos, no sacarlos a pasear en horas de máximo calor, y ofrecerles agua fresca en todo momento. También es aconsejable mojarles los pies y las manos, llevarlos por zonas de sombra y no forzarles a ejercitarse. Con todo esto, los animales obesos, los braquicéfalos ( chatos) o los que sufren de patologías cardiorrespiratorias deben estar con más frecuencia en nuestro punto de mira.