Jugar con las mascotas es uno de los entretenimientos más relajantes que existe, ¿o no? Salimos a pasear y, en vez de quedarnos sentados en un banco mientras el perro juega solo, nos involucramos en la actividad e interactuamos con nuestra mascota. Además, hacerlo así es muy importante, sobre todo, para los perros hiperactivos. Necesitan jugar y descargar esa energía que llevan dentro.
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Jugar con las mascotas es uno de los entretenimientos más relajantes que existe, ¿o no? Salimos a pasear y, en vez de quedarnos sentados en un banco mientras el perro juega solo, nos involucramos en la actividad e interactuamos con nuestra mascota. Además, hacerlo así es muy importante, sobre todo, para los perros hiperactivos. Necesitan jugar y descargar esa energía que llevan dentro.
¿Qué solemos hacer cuando jugamos con nuestra mascota? El más famoso de los juegos es el que consiste en lanzar una pelota o una rama, y esperar a que nuestro perro la recoja y nos la devuelva, para después hacer lo mismo. Las mascotas disfrutan muchísimo con este entretenimiento, pues pueden sentir esa sensación de libertad y un vínculo de amistad con nosotros.
No obstante, muchas veces no nos damos cuenta de que ciertos inocentes juegos pueden perjudicar la salud de nuestros animales. De hecho, este juego es un ejemplo de ello. Jugamos sin ser conscientes de que podría afectar a nuestros perros, nos centramos siempre en la felicidad que nos transmiten en el momento en el que vuelven como locos a devolvernos la pelota. Bien, pues hace unos días nos enteramos de que hay una investigación acerca de que este famoso y recurrente juego pueda perjudicar la salud de los caninos.
Investigadores afirmaron que las mascotas que llevan juguetes pesados en sus maxilares pueden provocar una presión adicional en sus patas delanteras. Este ejercicio puede ser especialmente peligroso en los cachorros cuando corren y saltan. El estudio fue publicado por BMC Veterinary Research y se centró en perros de la raza Retriever, unos perros que están preparados para la caza de animales de gran tamaño.
En el análisis, se estudiaron 10 labradores en laboratorio sobre una placa de presión y con maniquíes que simulaban el peso de aves, faisanes y conejos de entre 1 y 4 kilogramos de peso. Los investigadores se dieron cuenta de que los animales que cargaban presas de inferior tamaño el 60% de su peso lo ejercían sobre sus extremidades delanteras, y el 40% restante en las patas de atrás. En consecuencia, la carga de mayor tamaño, dicen los investigadores, que puede provocar problemas de motricidad a futuro, debido a que la fuerza aumenta.
Tras estos resultados, nosotros sugerimos tener cuidado con estas actividades vinculadas con el deporte y el uso del peso excesivo. Aunque una rama o una pelota no tengan el peso de un conejo o un faisán, es importante ser consciente de lo que PODRÍA provocar en la salud de nuestra mascota.