Hace más de 10 años, un grupo de investigadores se puso a investigar sobre la lengua de los gatos. Seguro que estás pensando, ¿pero qué tipo de investigación es esa? ¿Eso es relevante? Lo cierto es que esta investigación nos ha dado conocimiento sobre aspectos cotidianos, lo que nos da un mayor entendimiento sobre la naturaleza.
Todo comenzó cuando Roman Stocker, un investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) empezó a observar cómo su gato lamía leche de un tazón. Le llamó la atención la manera en la que su mascota bebía, con gestos refinados. Por tanto, se propuso estudiar cómo el animal conseguía beber con tanta delicadeza.
La investigación fue muy exitosa. Ahora sabemos que los gatos utilizan dos fuerzas físicas, la de la gravedad y la de la inercia, para chupar los líquidos solo con la punta de la lengua. Además de este dato, la investigación nos ha enseñado que los gatos mueven muy, muy rápido la lengua; en concreto, la mueven a un metro por segundo.
Los científicos descubrieron que, al igual que la trompa de un elefante o los tentáculos del pulpo, la lengua de los gatos es súper ágil. Entonces, ¿cómo comen estos animales? Cuando el gato levanta la lengua con rapidez, el agua se repliega en una columna de líquido que crece por la inercia. Aquí es cuando la mascota cierra la mandíbula para capturar el agua antes de que la gravedad rompa la columna.
¡Es toda una sorpresa! El equipo de investigación estudió el mecanismo de los lametazos con diferentes experimentos físicos, que ayudaron a comprobar y corroborar lo que se veía viendo durante un largo tiempo de investigación.
Por su parte, la lengua del perro no es para nada tan ágil como la de los gatos. Los perros utilizan la lengua para recoger el agua y llenarse las mejillas, mientras que el gato atrapa el agua antes de que se rompa con la gravedad. Es un mecanismo muy interesante y muy diferente a la de los canes.
Curiosamente, también se demostró que los gatos que son más grandes beben muchísimo más despacio. La lengua de los gatos es más ágil según el gato sea más pequeño.
¿Alguna vez te has fijado tú cómo bebe tu gato? ¿Siempre te ha llamado la atención pero no te has puesto nunca a buscar esta anécdota? Ahora ya sabes otra curiosidad más de los gatos.