Con la llegada del verano y del buen tiempo, lo natural es relajarse y realizar todo tipo de actividades con tu querido perro: una excursión al campo, un baño en el río, una comida cuantiosa o dormir con el aire acondicionado funcionando. Esto puede provocar cambios en su carácter y en su comportamiento, convirtiéndolo en un ser mucho más vulnerable a las infecciones y a las enfermedades. Por ello, puede ser necesario acudir al Veterinario en Donostia.
En las próximas líneas, vas a conocer algunas de las enfermedades que puede padecer tu mascota cuando llega la época estival al provocar esta desajustes en su salud. ¡Descúbrelas para prevenirlas!
Parásitos externos, más expuestos en verano
El perro está más expuesto a los parásitos externos en verano. En consecuencia, extrema las precauciones. Las garrapatas, los mosquitos y las pulgas están buscando sin descanso una nueva víctima para infectarla.
Lo prioritario es que evites la picadura y para ello lo más efectivo es colocarle un collar antiparásito, ya que posee una sustancia química que repele parásitos como, por ejemplo, las pulgas. Igualmente, no debes olvidar aplicarle pipetas o administrarle vacunas como barrera protectora.
Otitis, más peligrosa en verano
La otitis es una hinchazón en el conducto auditivo, más específicamente, entre el pabellón auditivo u oreja y el tímpano. Este tipo de infección es muy frecuente en el perro. Sin embargo, incrementa su presencia durante el verano al ser más usuales los baños en el mar. La otitis es causada por la acción de varias bacterias y hongos que provocan infección e inflamación. No en vano, las condiciones de humedad son las necesarias para su reproducción a gran velocidad.
Para prevenirla, te recomendamos que seques con cuidado los oídos de tu perro tras cualquier baño y que los higienices cada 2 semanas con un limpiador específico.
Dermatitis y alergia en la piel
Las elevadas temperaturas y los cambios en la alimentación pueden acarrear alteraciones en la piel de tu peludo como mal olor, irritación, caspa, granos en el abdomen o pequeños bultos en el lomo. A su vez, pueden aparecer los eccemas y la dermatitis atópica en el cuello y en la cadera.
Se trata de una de las enfermedades más incómodas, dado que provoca que se rasque y se muerda las zonas afectadas tratando de aliviar el picor, acciones que empeoran la situación. Para combatir esta afección, lo idóneo es que bañes a tu mascota unas 2 o 3 veces a la semana con un champú antiséptico. Le proporcionará una óptima hidratación en la epidermis y una acción antiséptica.
Golpe de calor, lo más común
Cuando ascienden las temperaturas, tu perro también puede sufrir un golpe de calor, uno de los inconvenientes más comunes en el verano. Cabe señalar que suele ser habitual en los animales al sudar por las almohadillas de los pies, las cuales están en contacto directo con el suelo.
Lo identificarás rápidamente, porque tu mascota comenzará a respirar de forma entrecortada con la boca abierta y babeando, aunque también puede presentar un aspecto rojo-marrón. En los cuadros más agudos, convulsionar, desmayarse y vomitar son manifestaciones recurrentes.
Si esto te ocurre debes llamar a una clínica veterinaria lo antes posible. Entre tanto, puedes realizarle los primeros auxilios, ya que son de gran utilidad. Lo esencial es procurar que la temperatura corporal descienda. Para lograrlo, te recomendamos que lo mojes con agua templada poco a poco y que beba agua sin acelerarse.
Como ves, el calor afecta a tu perro y lo vuelve mucho más vulnerable frente a todo tipo de infecciones o enfermedades. Si tienes algún problema, te aconsejamos que vengas al veterinario en Donostia para ponerle remedio cuanto antes.