Es entre los meses de febrero y julio cuando en la consulta atendemos mayor cantidad de perros que se envenenan por procesionaria del pino.
Es entre los meses de febrero y julio cuando en la consulta atendemos mayor cantidad de perros que se envenenan por procesionaria del pino.
La procesionaria es la oruga de la mariposa Thaumatopoea pityocampa, y se alimenta de
las agujas del pino. Una vez las orugas eclosionan del huevo, se juntan en grupos, y para poder sobrevivir al frío del invierno, fabrican nidos, en los cuales se protegen del frío. Cuando la temperatura ambiental sube de 10ºc, las orugas salen del nido para poder enterrarse en la tierra y transformarse en mariposa. Es en este momento cuando podemos verlas en largas filas por nuestros bosques y veredas.
Los perros, sobre todo los cachorros, se ven afectados cuando olisquean o muerden a estas orugas, que como medio de protección contra depredadores, tienen unos pelos que cuando se rompen liberan sustancias que provocan inflamación en la zona que entra en contacto con ellas.
Normalmente, se suelen producir inflamaciones de los labios y la lengua. Dependiendo del grado de afectación y del tipo de respuesta del organismo, las lesiones varían desde una simple hinchazón, hasta necrosis de la zona. Generalmente, las lesiones se infectan, hecho que agrava el cuadro clínico.
En los casos más graves, el animal afectado puede llegar a perder parte de la lengua, labios o incluso zonas de tejido faríngeo y glándulas salivares.
La presentación de los síntomas siempre es de aparición súbita, y es motivo de consulta de urgencia. Cuando se afectan la mucosa oral y la lengua, suele aparecer babeo, y debido al picor que les causa, se rascan y se frotan el morro por el suelo.
En caso de sospecha, recomendamos acudir al veterinario para salir de dudas, puesto que cuanto antes se ponga el tratamiento, mejor.