Como dueño de perros, es muy importante que conozcas bien esta patología. ¿Por qué? Porque causa un daño progresivo en el nervio óptico y con él, una disminución en el campo visual del animal. Es muy importante que tengas en mente esta enfermedad, porque tu perro puede perder vista y quedarse ciego con el tiempo. Por eso, hemos decidido contarte un poco de qué va el glaucoma.
Puede aparecer en un solo ojo o en ambos, y cuando ya está avanzado, suele ser una de las primeras causas de la ceguera en las mascotas. En este sentido, existen dos tipo de glaucoma: el primario y el genético.
El primero se trata de causas genéticas o físicas, que no permiten una circulación correcta del líquido encargado de humedecer las estructuras oculares. En cambio, el glaucoma genético aparece por un traumatismo o por una enfermedad. En ambos casos, el dueño tiene que estar muy atento, porque cuanto antes sea detectado, mayores posibilidades de evitar el sufrimiento final.
Nuestra recomendación es que no empieces a buscar qué razas son las más propensas a sufrir glaucoma, porque todos los perros pueden sufrirlo. Lo importante es que acudas a tu veterinario en cuanto notes algún síntoma.
Síntomas de glaucoma en perros
Una de las desventajas de esta enfermedad es que tiene una evolución muy lenta, y por tanto, hasta que no está avanzada, no podemos diagnosticarla. No obstante, como dueño, puedes ayudar muchísimo. A continuación te explicamos cómo.
Lo habitual es que el perro aparezca con ojos enrojecidos, náuseas, vómitos, comportamiento agresivo, hinchazón del área ocular, parpadeo excesivo, aparición de una telita en la parte delantera del ojo, o pupilar dilatadas, entre otros. Si últimamente sospechas de que los ojos de tu perro no están igual que siempre, acude a tu veterinario. Probablemente no tenga glaucoma, pero hay posibilidades de que sí que lo sufra. Lo mejor es ser precavido.
En este sentido, el veterinario podrá recetar diversos fármacos para salvar la vista del animal. Asimismo, si hay líquido ocular acumulado se procederá a su drenaje, que tiene como objetivo proteger el nervio óptico. Es la ciclocrioterapia la técnica que se utiliza para matar a las células que producen este líquido.
No obstante, si el perro llega ya sin ninguna opción, lo que el veterinario estudiará es la prevención. Puede pasar también que solo sufra la enfermedad en un ojo, por lo que el veterinario será el encargado de evitar que el otro ojo se contagie.
En definitiva, acudir al veterinario es fundamental para proteger la vista de tu mascota.