Argi es una perrita a la que hace unos días realizamos una cistoscopia. La perrita llevaba un tiempo con problemas al orinar, haciéndose pis en casa o en el ascensor, o haciendo un gran esfuerzo para poder hacer pis cuando se ponía en la calle. Vino su propietario muy preocupado a preguntarnos qué podíamos hacer.
Argi es una perrita a la que hace unos días realizamos una cistoscopia. La perrita llevaba un tiempo con problemas al orinar, haciéndose pis en casa o en el ascensor, o haciendo un gran esfuerzo para poder hacer pis cuando se ponía en la calle. Vino su propietario muy preocupado a preguntarnos qué podíamos hacer.
La cistoscopia es una cirugía de mínima invasión, con la que metemos una pequeña cámara a través de las vías urinarias de la perra, entrando por la uretra, para poder ver desde dentro cómo están la uretra, la vejiga y la vagina.
En la vaginoscopia vimos que había dos pequeños pólipos en la vagina:
En lo que respecta a la cistoscopia, vimos que la mucosa de la uretra, el revestimiento interior de la misma, estaba alterado. También vimos cambios dentro de la vejiga, en la zona donde llegan los uréteres (pequeños conductos que llevan la orina desde los riñones hasta la vejiga).
Con una pinza de muy pequeño tamaño cogimos unas muestras de la uretra para mandarlas al laboratorio, y que ellos nos indicasen si se trataba de una inflamación, un tumor o cuál era el problema.
La cistoscopia es la única herramienta que nos permite ver lo que pasa dentro de la uretra y la vejiga y tomar muestras de las zonas que parecen afectadas.