La obesidad en animales de compañía es el más frecuente de los problemas relacionados con la nutrición, y se define como la ruptura del equilibrio entre masa corporal y tejido graso, hasta alcanzar un aumento de entre un 20 y un 25% del peso corporal ideal. Actualmente casi la mitad de los perros que acuden a nuestra consulta presentan obesidad o sobrepeso….
La obesidad en animales de compañía es el más frecuente de los problemas relacionados con la nutrición, y se define como la ruptura del equilibrio entre masa corporal y tejido graso, hasta alcanzar un aumento de entre un 20 y un 25% del peso corporal ideal. Actualmente casi la mitad de los perros que acuden a nuestra consulta presentan obesidad o sobrepeso. Identificar la obesidad en animales de compañía es complicado debido a la gran variedad de constituciones corporales que existen entre los distintos tipos de perros, raza, conformación ósea, altura, longitud de pelo etc….. La forma más sencilla de poder identificar la obesidad es basarnos en el índice de condición corporal, el cual se basa en la observación de zonas concretas del animal, tendentes a acumular grasa, y que pueden examinarse mediante observación y palpación, como son la zona costal, la cintura y el abdomen. Los síntomas que se observan en los animales con sobrepeso son estos:
- No se pueden palpar con facilidad las costillas
- Pérdida evidente de la cintura
- Necesidad de aflojar el collar o arnés
- Movimientos lentos y dificultad para caminar
- Intolerancia al ejercicio que se instaura de forma progresiva( parece que ahora el perro es vago)
La obesidad generalmente suele estar provocada por una ingesta excesiva de calorías, acompañada de un bajo consumo energético, pero su presencia se asocia también a diversos factores de riesgo. Algunos de ellos son factores relacionados con patologías, como desequilibrios hormonales, alteraciones cardiovasculares, alteraciones del sistema musculo esquelético y patologías que requieren medicación y provocan un aumento del apetito. Los factores de riesgo no relacionados con patología son la edad, la raza( labrador, cocker, caniche, gatos de razas mezcladas), el sexo( más predisposición en hembras), el estado reproductivo( animales esterilizados) y el tipo de dueño ( dueños sedentarios). Los animales obesos tienen mayor riesgo de padecer diabetes mellitus, hipertensión, alteraciones cardiovasculares,aumento del riesgo quirúrgico, estados de inflamación crónicos, osteoartrosis y neoplasias, así como disminución de la resistencia a infecciones, lo que directamente hace que disminuya la esperanza de vida de los mismos. Por todo esto, es muy importante que los dueños aprendan a identificar el problema de forma temprana, para poder así poner en marcha un plan terapéutico que ayude a sus mascotas a conseguir estar en su peso ideal. Cuando se diagnostica obesidad en un animal de compañía, es recomendable realizar un chequeo general del mismo, para descartar o identificar patologías relacionadas. Así, se recomienda realizar un perfil bioquímico y un hemograma, y en caso de necesidad, pruebas adicionales que ayuden a descartar patologías endocrinas. El siguiente paso consiste en establecer cuál es el peso ideal del animal, basándonos en las tablas del índice corporal canino.
Una vez establecido el peso ideal, se calcula el intervalo temporal en el que buscamos conseguir ese peso ideal, teniendo en cuenta que semanalmente el animal ha de perder entre un 1 y un 1,3% de su peso corporal. Y por último, se prescribe el alimento que ha de tomar. Actualmente en el mercado hay una variada oferta de alimentos que pueden ayudar a los animales a llegar a su peso ideal. Aunque la dieta es la clave del tratamiento, el cambio de estilo de vida del animal también es muy importante, de forma que el animal haga más ejercicio. El aumento de ejercicio no ha de ser brusco, basta con aumentar el tiempo que se dedica al paseo, invitar a jugar al animal, y si es posible, hacer que esté con otros animales, para que su nivel de actividad aumente un poco. Una vez instaurado el tratamiento, hay que realizar chequeos periódicos de peso, para, una vez llegados al objetivo, poder ponerle una dieta de mantenimiento que haga que el animal no pierda demasiado peso.