La leishmaniosis es una enfermedad infecciosa que afecta a todo tipo de órganos de perros, gatos e, incluso, personas. Se produce a través de la picadura del flebotomo, insecto encargado de trasportar la enfermedad de un animal a otro en su aparato bucal.
La leishmaniosis es una enfermedad infecciosa que afecta a todo tipo de órganos de perros, gatos e, incluso, personas. Se produce a través de la picadura del flebotomo, insecto encargado de trasportar la enfermedad de un animal a otro en su aparato bucal.
Cuando el flebotomo ingiere sangre de un animal ya infectado se llena de parásitos y se los transmite a un nuevo animal. Estos parásitos llegarán, a través del torrente sanguíneo, a las células causando todo tipo de daños en los tejidos afectados.
Estos flebotomos te pueden engañar al equivocarte con un mosquito, pues tienen el aspecto muy similar. El flebotomo tiene el cuerpo amarillento y son las hembras las que se alimentan de la sangre de los perros, los gatos e, incluso, de personas.
Vuelan tanto en el amanecer como en el atardecer, y su presencia está muy ligada a climas cálidos. Escribimos este artículo porque entre junio y octubre el riesgo de padecer picadura de flebotomo aumenta, y por tanto, también lo hace el riesgo de sufrir leishmaniosis.
Síntomas de la leishmaniosis
Es importante saber que no todos los perros o animales infectados por esta enfermedad van a sufrir los mismos síntomas. Es probable que algunos perros infectados no lo demuestren nunca, otros que solo muestran problemas en órganos que no son vitales, y desgraciadamente, también están los que la leishmaniosis les complica la vida.
La gravedad de esta enfermedad varía en el número de órganos infectados. No obstante, estos son algunos de los síntomas que pueden salirle a tu mascota:
Lesiones de piel
Alteraciones oculares
Cojera
Inflamación de ganglios linfáticos
Hemorragia nasal
Adelgazamiento
Problemas orgánicos graves (riñón o hígado, entre otros)
Tratamiento contra la leishmaniosis
El tratamiento contra esta enfermedad es muy complejo, pues se trata de una cura crónica y costosa. Desgraciadamente, el tratamiento que existe en la actualidad contra la leishmaniosis solo disminuye el número de parásitos que tiene el perro, y por tanto, la gravedad de los síntomas.
Por ello, se trata de una apuesta para toda la vida, y de la que tenes que ser responsable. El tratamiento para cada perro es diferente, y eso lo determinará el veterinario.