¿Das órdenes a tu perro, pero pocas veces te responde como desearías? No siempre es fácil conseguir que nuestro amigo atienda a lo que le pedimos. Pero con estos consejos, constancia y paciencia, verás cómo poco a poco llegan los cambios.
Claves para tener un perro obediente
Ahora sí, vayamos a los pasos para conseguir esa obediencia. Hay cuatro situaciones básicas que debes manejar: que camine correctamente mientras paseáis, que acuda cuando lo llames, que se quede quieto si se lo pides y que entienda el «no» a algo.
– Paciencia. Para corregir el comportamiento de tu mascota se requiere tiempo. No pretendas que cambie de la noche a la mañana. Practica diariamente con él hasta que asimile tus órdenes.
– Atención. Cuando quieras enseñarle una orden por primera vez, es importante que lo hagas en un entorno donde no reciba demasiados estímulos. Tiene que estar concentrado en lo que intentas enseñarle. Cuando vaya asumiendo el hábito, refuérzalo en ambientes donde su atención se disperse para asentarlo del todo.
– Gestos. Cuando le ordenes, refuerza la acción con un gesto. Por ejemplo, si lo llamas, señala con el dedo el punto al que quieres que se desplace. Este comando es vital, sobre todo en la calle, cuando está en riesgo su seguridad. Si quieres que se mantenga quieto, muéstrale la palma de la mano en alto en ademán de frenar. Es fundamental que aprenda esta orden para dos situaciones: cruzar la calle y pasar por una puerta abierta. Tú debes darle el permiso para avanzar. También la orden «sentado» te será de gran utilidad en momentos en los que se sobreexcite (visitas en casa, encuentro con otro perro, etc.).
– Unidad. Si sois varios en la familia, todos debéis emplear las mismas palabras y gestos a la hora de pedirle que haga algo. Las reglas, además de claras, deben ser seguidas por todos los miembros para conseguir el resultado esperado.
– Energía. Tienes que dar la orden con energía, pero no con agresividad. Nunca le pegues, porque asociará la norma a una experiencia negativa.
– Juego. Afronta su educación como si fuera un juego. Será menos cansado para ti y para él. Con ciertos juguetes podrás enseñarle múltiples conductas: el frisbee para la acción de la llamada, la pelota con cuerda para caminar a tu lado, etc. No solo reforzarás su aprendizaje desde el adiestramiento en positivo, sino que también mejorarás vuestro vínculo y capacidad comunicativa.
– Refuerzo positivo. Si cumple con la acción que le pides, recompénsalo con una felicitación y una caricia efusiva. Ocasionalmente, también puedes darle algún premio.
– Rutina. Si quieres que tu compañero peludo camine bien con la correa, lo primero que debes hacer es acostumbrarlo a llevarla en casa desde los primeros días. Si tu perro no está acostumbrado a ella, es probable que no la acepte de primeras. En cualquier caso, nunca le pegues tirones si se descontrola. Es mejor decirle «quieto» o «no» y continuar el paseo cuando se haya tranquilizado. Puedes reforzar su comportamiento dándole un snack.
– A tiempo. Si el animal se ha comportado mal, debes regañarlo en el momento. No vale de nada que lo reprendas cuando han pasado horas, no lo entenderá.
Ten en cuenta que…
Hay muchos factores que influyen en el comportamiento del animal: su experiencia, la educación que recibe, su propia herencia genética… Con independencia de si es un cachorro o un adulto adoptado, es importante empezar cuanto antes. Los cachorros, por ejemplo, entienden las órdenes a partir de los cuatro meses.
Como ves, la clave para que tu perro sea obediente está en ti y en la educación que le des. Con órdenes claras, paciencia y cariño podrás disfrutar del perfecto compañero peludo.