El juego es un factor de vital relevancia para el desarrollo de todas las cualidades de tu perro. De hecho, consideramos que se va a convertir en un requisito para su salud física y psicológica. A continuación, te contamos las claves de este aspecto indispensable del adiestramiento canino. Toma nota.
Jugar durante toda su vida
El juego es una actividad que debe acompañar a estos animales a lo largo de toda su existencia. Desde los tres meses, ya muestran interés por participar en estas actividades físicas y de estimulación cognitiva. Y, además, les va a venir bien para evitar el sedentarismo, que es uno de sus malos hábitos que comienzan a arraigarse.
Un perro que juega va a ser una mascota más sana. Si lo hace de una manera, prácticamente, diaria, inconvenientes como el sobrepeso no le van a afectar. En todo caso, es tu responsabilidad, como dueño, la de destinar una cantidad de tiempo suficiente para que juegue. También te compete que los juegos que pongas en práctica le motiven realmente.
Unos ejercicios que van a servir para uniros
Ten en cuenta que los perros tienen un instinto cazador. Si bien este queda un tanto descafeinado por su domesticación, nunca se pierde del todo. Por eso, tienes que ayudar a los canes a sentirse vivos con actividades propias de sus conductas primitivas.
Estos animales deben adaptarse a sus entornos. Y esta circunstancia conlleva que sepan relacionarse tanto con los humanos como con otros perros. En este sentido, ve de menos a más e introduce pautas de juego que tiendan a normalizar los contactos con otros animales y personas.
El juego va a valer, sobre todo, para que afiances el patrón de guía sobre el animal. Vas a ser su modelo de conducta. Por eso, los entretenimientos que introduzcas van a resultar especialmente útiles a la hora de enseñarle quién es el amo.
¿Qué pautas van a aprender con el juego?
Los juegos van a contribuir a que los perros interioricen normas de socialización y convivencia. Están muy acostumbrados a morder las cosas. Por una parte, te interesa fomentar dinámicas en las que tu mascota no deba reprimir este instinto.
Pero, por otra, es básico que sepa moderar la intensidad de su mordida. Se trata de que, sin coartar sus ganas de morder, logres que controle su ímpetu para que no provoque destrozos. Existen juguetes que facilitan mucho este tipo de aprendizaje.
Las actividades que conllevan comandos son especialmente interesantes para que haga suyas las órdenes que le mandes. Recuerda que estos tienen que ser simples y repetitivos para que se conviertan en efectivos.
Hay otros ejercicios que son más complejos. Por ejemplo, los que le obligan a reflexionar acerca de dónde encontrar objetos que hayas escondido. Les hacen desarrollar su inteligencia. Tanto en estas prácticas como en las de lanzarles la pelota, tienen una gran importancia tu involucración y paciencia.
Asimismo, existen circuitos de ejercicios destinados a fomentar la autonomía de estos animales. Son las pruebas que caracterizan las sesiones de agility. Funcionan como actividades deportivas para perros. Se revelan como muy provechosas para incrementar su fuerza, resistencia, agilidad y destreza.
Una condición para el bienestar animal
En resumidas cuentas, jugar contribuye a la integración canina en sus entornos habituales. Mitiga su ansiedad y previene cuadros de depresión, aparte de mantener al can en plenas facultades físicas.
En definitiva, los perros que juegan van a crecer más saludables, lo cual va a redundar en beneficio de la relación con sus propietarios. Por consiguiente, te recomendamos que estés siempre pendiente de las necesidades, en este aspecto, de tu mascota. Invierte en ellas el esfuerzo suficiente.