La Osteoartritis (OA) es una enfermedad inflamatoria y degenerativa del cartílago articular, cuyo tratamiento multifactorial está dirigido a aliviar el dolor y mejorar la movilidad, así como prevenir o reducir en la medida de lo posible la degeneración del cartílago.
La Osteoartritis (OA) es una enfermedad inflamatoria y degenerativa del cartílago articular, cuyo tratamiento multifactorial está dirigido a aliviar el dolor y mejorar la movilidad, así como prevenir o reducir en la medida de lo posible la degeneración del cartílago.
De forma tradicional, el tratamiento conservador de la osteoartritis ha sido el uso de antiinflamatorios no esteroideos, sin embargo cada vez más importante, y dentro de este enfoque de terapia multifocal, es el manejo nutricional de la enfermedad. El peso corporal excesivo puede dar lugar a un aumento de la tensión mecánica sobre las articulaciones, considerándose un factor de riesgo de OA en perros. Algunos nutrientes importantes que forman parte de estas medidas alimentarias dirigidas al control de la OA son:
– EPA y DHA: al aumentar los ácidos grasos omega 3 es posible alterar los lípidos de membrana y por tanto las respuestas inflamatorias, ya que inducen la formación de citoquinas antiinflamatorias. Muchos estudios clínicos indican que el tratamiento nutricional utilizando un alimento con niveles elevados de ácidos grasos omega 3, en especial EPA, ayudaron a mejorar los signos clínicos de la OA en perros.
– Ácido hialurónico: está presente en el líquido sinovial y es un componente estructural de la matriz del cartílago hialino. Su acción se centra sobre la cápsula y el líquido sinovial, mejorando las propiedades viscoelásticas y lubricantes del líquido, ayudando a prevenir la sinovitis y a reducir el dolor articular.
– Glucosamina y Controitina: protegen el cartílago de la degeneración por dos vías, aumentando la síntesis de matriz o disminuyendo su degradación. Además su combinación podría tener un efecto sinérgico.
– Antioxidantes y otros micronutrientes: útiles para reducir la lesión oxidativa acumulada por los radicales libres, reduciendo el riesgo de progresión de la enfermedad. Algunos antioxidantes importantes son, la vitamina C, vitamina E, beta-caroteno, selenio y zinc.
Como hemos comentado, en el tratamiento de la OA canina no hay una solución definitiva, por lo que hay que recurrir a todas las medidas que favorezcan una mejora de la calidad de vida del paciente y en este sentido la terapia nutricional específica es clave para el control de la OA, pudiendo contribuir, además, a reducir o eliminar la necesidad de la administración de fármacos convencionales.