Los gatos son unos animales que gustan de seguir unas rutinas. Unas rutinas que les facilitan la vida, ya que se la hacen más previsible y llevadera.
Sin embargo, estas dinámicas tienden a ser alteradas cuando llegan las vacaciones. Reengancharse a ellas, a la vuelta de estos días para el descanso de las personas (no tanto de los animales), les cuesta.
Así que vale la pena que tomes nota acerca de cómo se desarrollan estas situaciones para hacer más llevadero el fin de las vacaciones.
Las claves del final de las vacaciones para un gato
En primer lugar, has de tener en cuenta que los gatos son animales muy territoriales. De hecho, marcan sus dominios mediante el olor e incluso también con la orina.
Pero su calma no solo depende de las áreas en las que se mueven, sino también de las personas con las que conviven y los hábitos que se llevan a cabo en cada contexto.
Las vacaciones son, por tanto, unos periodos de tiempo propicios para una modificación sobrevenida de las conductas habituales de estos felinos.
A continuación, te contamos cómo puedes afrontar su reacción ante el final de estos días tan especiales para ellos. Vamos por partes, ya que consideramos que se pueden dar dos contextos principales.
Cuando el gato se ha ido contigo de vacaciones
Si te has llevado a tu mascota de vacaciones en un transportín, el disfrute del animal puede haber sido muy intenso. En un entorno diferente, puedes haber dispuesto de mucho más tiempo para estar atento a sus necesidades.
Una de ellas, por ejemplo, es la de probar juegos o juguetes nuevos, pero también puede haber estado comiendo alimentos que hasta entonces le eran desconocidos. En todo caso, estas experiencias van a suponer una especial excitación para tu gato.
Así que es bueno que prepares su vuelta con un poco de antelación. No te conviene que esta se produzca de una manera muy repentina, dado que los cambios radicales no son bien asimilados.
Por eso, te interesa reservar los días previos al final de las vacaciones para este proceso de adaptación. Intenta que, progresivamente, el gato se vaya acostumbrando de nuevo a los viejos horarios.
Aplica estas prevenciones también a aspectos como el juego y la comida. Y, si quieres que tu mascota acepte volver a lo antiguo con naturalidad, puedes incluso rociar con feromonas los lugares de la casa que establezca como sus refugios.
Cuando el gato se ha quedado solo en casa durante tus vacaciones
Aunque estos felinos sean animales relativamente independientes, que el tuyo haya pasado las vacaciones sin compañía, seguramente, va a implicar un retorno a la normalidad más conflictivo que en el caso anterior.
Pese a que hayas cumplido con tu deber dejándole los cuidados pertinentes (comida, bebida, juguetes y que alguien le eche un ojo) durante estos días, el gato puede haber experimentado una ansiedad por separación.
Este trastorno puede haber originado malos hábitos, como maullar en exceso, arañar y morder objetos u orinar y defecar en sitios inconvenientes. Así que el reto para volver a congeniar con tu gato empieza cuando abras la puerta de tu casa.
Va a ser normal que, de primeras, no te haga mucho caso. Es su forma de decirte que no le ha gustado ni ha entendido que lo dejaras solo tanto tiempo. Por consiguiente, tienes que volver a ganarte su confianza mediante recompensas de comida, juegos y olores.
No lo agobies. Ten paciencia para que poco a poco recupere la confianza.
En definitiva, tu gato también necesita un tiempo de adaptación tras las vacaciones. ¡Concédeselo!