Es muy normal que los perros no quieran dejar de jugar en ningún momento del día. Son como los niños pequeños, que necesitan correr, jugar con la pelota o saltar y bailar a todas horas. No obstante, aunque parezca que esto es divertidísimo y muy saludable para tu mascota, lo cierto es que en determinados momentos del día el realizar una actividad puede resultar gravemente peligroso para tu perro.
Hablamos del momento de después de comer, en el que los perros quieren jugar y están más enérgicos que nunca con la tripa llena. Pero es terriblemente grave dejarles hacerlo, pues puede llegar a causarles una torsión de estómago, o lo que es lo mismo, una afección habitual que, de no tratarse con urgencia, puede resultar mortal para el animal. Esto ocurre si tu perro realiza ejercicio (no importa que sea intenso o leve) después de comer.
¿Qué ocurre realmente? Expertos veterinarios aseguran que la torsión de estómago se trata de una dilatación del estómago causada por cúmulo de gases, líquidos y restos de comida. Todos estos ingredientes producen un fallo en los mecanismos de vaciado gástrico. Por tanto, el estómago da un giro e impide tanto la entrada como la salida de alimentos.
Por último, el bloqueo del estómago produce la estrangulación de importantes vasos sanguíneos y los órganos que lo rodean se comprimen. Por eso decimos que si este problema no se trata con urgencia, el perro puede fallecer. Y solo por jugar después de comer.
Causas y síntomas de la torsión de estómago
Las causas de la torsión de estómago pueden ser varias, depende de cómo sea el perro. No obstante, las más comunes son la ingesta rápida de comida, la abundante ingesta de alimentos también, el estrés o la realización de ejercicio físico que supone un esfuerzo respiratorio.
En este sentido, para detectar si tu mascota no está sufriendo torsión de estómago, es importante que te fijes en los síntomas que te explicamos a continuación: el perro mostrará un abdomen hinchado, experimentará salivación excesiva, respirará de forma agitada, y sufrirá náuseas sin vómito.
Para prevenir la torsión de estómago, lo mejor es alimentar a tu mascota con pequeñas cantidades, así como evitar que beba demasiada agua.
No obstante, como siempre decimos, lo recomendable es que acudas a tu veterinario y que los profesionales puedan valorar la salud de tu mascota.