La displasia de cadera es una de las enfermedades que más comúnmente sufren los perros. Sin embargo, no todos los dueños saben bien a qué se debe y cómo tratarla. A continuación, te damos claves y consejos para afrontar este mal que puede afectar a tu mascota. Toma nota.
¿En qué consiste la displasia de cadera?
Se trata de una dolencia que se produce por una malformación en la cadera. Como bien conoces, esta zona es el centro de gravedad del animal. Por lo tanto, cualquier afectación en ella compromete fuertemente su movilidad y bienestar.
La displasia de cadera es una enfermedad de origen hereditario. Pero no es congénita, es decir, que no se tiene de nacimiento. Son los factores ambientales los que van a contribuir a que los canes desarrollen este problema físico.
En cuanto a la concreción, se da por una disfunción, durante el crecimiento del perro, en la articulación coxofemoral. Es la zona en la que se unen la cabeza del fémur y la pelvis.
¿Por qué se produce esta enfermedad?
Una vez definida la displasia de cadera, es el momento de analizar las condiciones que ocasionan su desarrollo. Ten en cuenta que no todos los perros que tienen predisposición genética a este mal lo van a padecer. Las razas grandes son las más propensas. Los pastores alemanes son unos de los más perjudicados.
Hay, por tanto, otras circunstancias que explican que estos animales tengan esta complicación. La primera de ellas es una alimentación inadecuada. Nos referimos a una nutrición en la que se observen carencias de calcio. Te recordamos que este mineral es un micronutriente imprescindible para la formación correcta de su esqueleto.
Y esta alimentación, por otra parte, también puede caracterizarse por el exceso de grasas. Si el animal tiende a coger sobrepeso, los kilos de más van a tender a ser cargados por su cadera. De este modo, sus articulaciones se pueden resentir.
Finalmente, destacamos que una ejercitación inapropiada también puede estar detrás de estas malformaciones. Cuando los huesos de los perros aún están desarrollándose, es peligroso que realicen ejercicios que impliquen impactos bruscos.
Los tratamientos de la displasia de cadera
La detección precoz es un requisito fundamental a la hora de dar calidad de vida a los perros afectados. Si bien no va a ser posible eliminar el problema de raíz, sí puedes hacerles la existencia más llevadera. En este sentido, te informamos de que los síntomas pueden ser detectados a partir del semestre de vida.
Entre los cuidados que van a paliar los dolores, subrayamos la administración de medicamentos. Estos deben ser prescritos siempre por un veterinario. Los condroprotectores, analgésicos y antiinflamatorios son los más útiles.
Las operaciones pueden llevarse a cabo en los casos más extremos. La más efectiva es la conocida como triple osteotomía pélvica. Y no olvides que tienes en tu mano suavizar sus dolores mediante soluciones de ortopedia. Los soportes y arneses especiales son las más apreciadas.
¿Cómo convivir con la displasia de cadera de tu perro?
Lo primero que te interesa es identificar cuándo se produce esta dolencia. Tienes que fijarte en si tu perro camina con dificultades, se vence hacia un lado o se muestra más inactivo.
En cuanto su cuadro esté diagnosticado, debes hacerle la vida más fácil. Lo que no significa que lo sumas en el sedentarismo. Modera su ingesta de grasas, eso sí. Pero no renuncies a que se mueva. Sácalo a pasear y reparte ese tiempo en distintas sesiones. Así no se fatigará.
En definitiva, cuida de tu perro con displasia de cadera para garantizar su bienestar. Evita los movimientos de gran impacto y promueve sus buenos hábitos. Llévalo regularmente al veterinario.